Sevilla y el flamenco, el flamenco y Sevilla. Ambas cosas se mueven y respiran a la vez en un documental que mezcla radicalidad y arraigo. Nueve personas definen con sus vidas los límites espaciotemporales de la ciudad y también del arte y el baile flamencos: la bailaora chilena Javiera de la Fuente, el poeta David Pielfort, la abogada gitana y feminista Pastora Filigrana, el palmero y bailaor flamenco Bobote, el cantante rom y bailarín húngaro Janek, la actriz gitana Rocío Montero, la bailaora africana e inglesa Yinka Esi Graves, la torera gitana Vanesa Montoya y el propio director, Gonzalo García Pelayo. «El flamenco es negro y es gitano y es andaluz y es indio y es pakistaní y es musulmán y es cristiano y es ateo», oímos decir en un film coral que reúne también actuaciones de Rocío Márquez, Inés Bacán, Silvia Pérez Cruz, Alfredo Lagos, Raúl Cantizano, Leonor Leal o Tomás de Perrate. Y se carga de un soberano plumazo todo aquel debate sobre apropiacionismo cultural a raíz de Rosalía.