María Blaya habita su propio universo creativo. Palmas, beats, glitches de voz o guitarras analógicas forman un enjambre sonoro que da color a estribillos pegadizos, estructuras radicalmente originales, arreglos mágicos y una interpretación vocal que es pura sensibilidad. Tras su último trabajo, GRANDE, la artista emergente de origen murciano, muestra aquí su lado más íntimo, horas antes de su concierto en el Festival Cruïlla en el marco de la gira que está destinada a confirmar su enjundia artística dentro del pop en castellano.
(*) El equipo del documental vendrá a presentar el pase.
(WP) Sesión con Warm Up.